martes, 26 de julio de 2011

Las Reformas Borbónicas

Desde el siglo XVI, la casa reinante en España era de la familia Habsburgo, de origen austriaco, pero en 1700 falleció el último rey de la dinastía, Carlos II, sin dejar descendencia directa. Después de no pocos conflictos, la sucesión recayó en el príncipe francés Felipe de Anjou, sobrino nieto del difunto rey, quien asumió el trono de España con el nombre de Felipe V e inició una nueva dinastía, la de los Borbón, por el apellido de la familia a la que pertenecía, y que era la misma que reinaba en Francia.
 
Los reyes de la casa de Borbón comenzaron una profunda reforma en España, porque consideraban que el país estaba muy atrasado en comparación con los demás países europeos. 
 


Cuando las reformas borbónicas quedaron consolidadas en la península ibérica, los monarcas decidieron extenderlas también a las colonias del imperio, lo que ocurrió en la segunda mitad del siglo XVIII por iniciativa del rey Carlos III quien gobernó el imperio español de 1759 a 1788.
 
Las reformas aplicadas en la Nueva España y en otras colonias del imperio tenían por principal objetivo recuperar para la corona el poder que los reyes de la familia Habsburgo habían ido delegando en algunas corporaciones de las colonias, como la iglesia católica y los consulados de comerciantes, así como al menos moderar la creciente corrupción de todas las esferas del gobierno.
 
Las funciones de gobierno que debían ejercer el gobernador y los alcaldes mayores estaban orientadas a proteger intereses que no eran los del rey. Así, los alcaldes mayores, que al mismo tiempo eran mercaderes, estaban muy comprometidos con los comerciantes almaceneros de la ciudad de México, de modo que dichos alcaldes anteponían los intereses de los almaceneros al provecho del rey y de sus súbditos.
 
En general, las profundas reformas impuestas en las provincias afectaron a la iglesia católica, a la organización política y militar, a la economía y al fisco.

Este texto es con fines educativos de:
Biblioteca Digital ILCE., Las Reformas Borbonicas, Consultado el 18 de julio de 2011. Disponible en: http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/

Causas Internas y Externas que propiciaron la Independencia de México


Causas Internas

Sociales: Las internas correpondieron, primero, a la desigualdad social; los criollos se sentían relegados a un segundo plano por los peninsulares, y fueron aquéllos los que dirigieron la revolución; los mestizos no eran tomados en cuenta debido a que en su gran mayoría eran fruto de relaciones ilegítimas; los indígenas, protegidos por las leyes de Indias, querían emanciparse de este tutelaje; las castas se encontraban en condiciones inferiores por su propio estado natual y en general el descontento era unánime. España ya no era la nación unitaria en su moralidad y costumbres, pues los borbones habían llevado una conducta política extraña.

Económicas: España había considerado siempre a América como parte de ella misma, y por ende había dejado en pie un sistema de monopolios, estancos y barreras que tendían a impedir el libre comercio exterior. Los impuestos eran muy elevados y España estaba en decadencia.

Causas Externas

A) Ideas de los enciclopedistas y economistas: Durante el siglo XVIII comenzaron a extenderse por Europa las ideas de los enciclopedistas y de los fisiócratas; los primeros hablaban de nuevos sistemas políticos con la soberanía del pueblo, libertad, tolerancia de la igualdad-tales eran los casos de Montesquieu, Voltaire y Rousseau, que ya no aceptaban el derecho divino de los reyes y querían la división de poderes. Los fisiócratas sostenían la libertad del comercio y la industria, pidiendo que se suprimieran barreras de aduana para que las mercancías fluyeran libremente sin la intervención del estado.


B) Otra de las causas externas. La Revolución Industrial que había triunfado en Inglaterra a fines del siglo XVII, imponiendo el sistema maquinista sobre el artesanal y creando además, una nueva clase social que fue la burguesía capitalista, la cual tuvo que hacer frente a los problemas del proletariado. Las potencias industrializadas tuvieron que competir por los mercados, al luchar por el abastecimiento de las materias primas.


Este texto es con fines educativos de:
Colegio de México, A.C., Causas que dieron origen a la independencia de méxico, Consultado el 25 de julio de 2011. Disponible en: http://www.colmex.mx/

lunes, 25 de julio de 2011

Independencia de México




La conspiración de Querétaro fue descubierta el 15 de septiembre de 1810 y provocó que se adelantara el acontecimiento para la lucha. Josefa Ortíz, esposa del corregidor Miguel Domínguez, avisó al Cap. Allende que la conjura había sido descubierta, y éste a su vez previno al Cura Miguel Hidalgo, quien se apresuró a organizar la rebelión y a iniciarla durante la madrugada del 16 de septiembre del mismo año.

Hidalgo era párroco del pueblo de Dolores, de la intendencia de Guanajuato.

Llamó a misa y desde el púlpito dijo un discurso en contra del mal gobierno, invitando a la unión y a la rebeldía conjunta. A este acto se le conoce oficialmente como "Grito de Dolores". En poco tiempo se reunió a más de 100,000 personas (criollos, mestizos e indigenas).

Hidalgo salió de la iglesia con su ejército. En atotonilco adoptó la imagen de la Virgen de Guadalupe como estandarte de la lucha y el grito de la multitud fue desde ese momento: "Viva Nuestra Señora de Guadalupe" ¡Mueran los Gachupines!.

Tomó la capital de Guanajuato después de un intenso y sangriento combate en el que destacó la actuación de un minero apodado El Pípila al incendiar la puerta de la Alhóndiga de Granaditas para facilitar la entrada a los insurgentes. Los obispos de Michoacán, Jalisco, Nuevo León, Oaxaca y Puebla excomulgaron al cura y a sus colaboradores.

Hidalgo dejó el mando de las tropas insurgentes, en la hacienda de Pabellón, cerca de Aguascalientes. Al mando de una parte de la tropa, Hidalgo se encaminó hacia Zacatecas, pero como no tuvo el apoyo deseado y apenas había logrado reunir poco dinero para la causa, continuó hacia el norte donde fue aprehendido definitivamente.

Hidalgo, Allende, Aldama y Mariano Abasolo fueron enviados a Chihuahua donde se les condenó a muerte.

Hidalgo fue ejecutado el 30 de julio de 1811.

Las cabezas de Miguel Hidalgo y Costilla, Allende, Aldama, y Jiménez, fueron colocadas, en los cuatro ángulos de la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato.


Este texto es con fines educativos de:
México Desconocido, La Independencia de México, Consultado el 19 de julio de 2011. Disponible en: http://www.mexicodesconocido.com.mx/

Maximiliano de Habsburgo

Maximiliano de Habsburgo (1832-1867) -


Archiduque de Austria y emperador de México (1864-1867), hermano menor de Francisco José I, emperador de Austria. Fue almirante de la Armada austriaca y gobernador (1857-1859) del territorio de Lombardía-Venecia. En 1863, el emperador francés Napoleón III le convenció para que aceptara la corona de México. Creyendo que contaba con el apoyo del pueblo, él y su esposa Carlota de Bélgica se trasladaron a México en 1864. Con el respaldo de las tropas francesas, los grupos monárquicos que lo apoyaban celebraron una Junta de Notables, proclamaron la monarquía y le ofrecieron la Corona, después de un remedo de plebiscito. Gobernó con el apoyo de los conservadores, pero no pudo sustraerse a la influencia de Napoleón III. Su política financiera resultó desastrosa. Consiguió que la mayoría de los gobiernos extranjeros restablecieran sus relaciones con México, con la sola excepción de Estados Unidos. A partir de 1865 este país (que se había opuesto a la intervención de Francia, pero que no había adoptado ninguna iniciativa a causa del enfrentamiento civil que se produjo en su territorio) comenzó a presionar a los franceses para que abandonaran México. Cuando éstos se retiraron en 1867, Maximiliano se negó a irse a con ellos. Entre tanto, el gobierno itinerante republicano, a las órdenes de Benito Juárez, prosiguió sus esfuerzos de liberación y, tras sucesivas batallas victoriosas, no tardó en recuperar el control de México. Maximiliano fue capturado por los republicanos en Querétaro, juzgado por un consejo de guerra y fusilado en junio de 1867

Este texto es con fines educativos de:
Bicentenario 2010, Inicio del movimiento de Independencia Nacional, Consultado el 25 de julio de 2011. Disponible en: http://www.bicentenario.gob.mx/

jueves, 21 de julio de 2011

Porfiriato e Inicio de la Revolución Mexicana

La revolución mexicana es uno de los acontecimientos históricos más relevantes de nuestra historia nacional.
Fue un movimiento armado en contra del gobierno del General Porfirio Díaz, quien gobernó al país por más de 30 años. El periodo durante el cual el General Díaz estuvo a la cabeza del poder ejecutivo, es conocido como "El Porfiriato", y abarcó de 1877 a 1880 y de 1884 a 1911. El porfiriato es una etapa histórica de grandes contrastes, debido a que durante la misma, en México se gestaron importantes cambios positivos, así como retrocesos, principalmente en el ámbito social, mismos que a la postre gestarían la Revolución Mexicana, primera de las grandes convulsiones del siglo XX.

Desde que México se constituyó como un país independiente, en 1821, no había podido consolidarse un gobierno capaz de llevar a cabo las reformas necesarias, que permitieran al país entrar en una face de estabilidad política, desarrollo social y riqueza económica.



El General Porfirio Díaz, al igual que otros gobernantes de México, llegó a la presidencia a través de un movimiento armado, en el año de 1876 (Plan de Tuxtepec). Como militar de gran experiencia, supo que, para poder consolidar su gobierno, era necesario establecer la paz pública a lo largo y a lo ancho del territorio nacional; esa paz fue finalmente alcanzada, a través del control de los diferentes grupos armados.

El General Porfirio Díaz logró el control del ejercito con la eliminación y separación de los caudillos u la exclusión de los grandes mandos, para lo cual dividió el territorio nacional en 12 zonas militares y estas, a su vez, en jefaturas de armas, cuyo número era superior a treinta. De tal manera, los generales y los jefes del Ejercito contaron con un control operaqtivo de tropas muy reducidas.

El Gobierno Federal como vemos procedio al desmantelamiento de las fuerzas armadas de los estados y de los pueblos como medidas indispensables para establecer y garantizar el orden interno del país.

La información que se presenta en este artículo es para propósitos educativos.
Bulnes, Francisco,1979, El verdadero Díaz y la Revolución, Editorial El Valle de México, México .

lunes, 18 de julio de 2011

La Decena Trágica

La "decena trágica" fue la traición más grande que ha sufrido la democracia méxicana, en la cual fue asesinado el presidente de México (Francisco I. Madero), junto con el vicepresidente (José Mária Pino Suares); el acontecimiento fue la lucha armada del grupo sublevado del Ejercito Porfirista, que duró 10 días del 9 al 19 de febrero de 1913.




Los protagonistas del cuartelazo fueron: Rodolfo Reyes, consejero político de su padre Bernardo Reyes; el general Manuel Mondragón, representante de Félix Díaz; el general Gregorio Ruiz, y Cecilio Ocón.

El grupo se reunió en Tacubaya para planear el golpe de estado. El objetivo era liberar a los dos generales prisioneros, Reyes y Díaz, para utilizarlos como líderes del movimiento que tendría en el Ejército a su principal apoyo.

El 9 de febrero se sublevaron los alumnos de la Escuela de Aspirantes de Tlalpan y la tropa de un cuartel de Tacubaya. De aquí partieron dos columnas, una hacia Santiago Tlatelolco y otra hacia Lecumberri, donde libertaron a los militares traidores a la República.

Reyes se dirigió al Zócalo, donde esperaba que la guarnición de palacio lo secundara. El general Lauro Villar, jefe de plaza, a la vista del enemigo ordenó el fuego, y prontamente sucumbió el jalisciense ex gobernador de Nuevo León.

Por su parte, Félix Díaz se retiró a la plaza de la Ciudadela, donde estableció su cuartel. Entre tanto, Madero se hizo acompañar por una escolta de cadetes del Colegio Militar, de Chapultepec, al centro de la ciudad. Como Lauro Villar resultara herido, Victoriano Huerta fue nombrado jefe militar de la plaza.
Dado que había pocas fuerzas leales en la capital, el presidente ordenó la concentración de mayor número de tropas y se marchó al encuentro de Felipe Angeles en Cuernavaca.

Por otra parte, Félix Díaz conferenció con un representante de Huerta. A partir de este momento, Gustavo A. Madero confirmó sus sospechas de que Victoriano Huerta participaba en la conspiración.
Madero regresó de Cuernavaca con optimismo porque contaba con Felipe Angeles y con Rubio Navarrete, habiéndose trasladado este último de Querétaro a la capital. El general Beltrán también se encontraba en México y entre todos cercaron al enemigo en la Ciudadela.

Por fin, el día 18 se celebró un pacto abierto entre Huerta y Félix Díaz, conocido como Pacto de la Ciudadela o Pacto de la Embajada, debido a que fue firmado en el local de la representación diplomática norteamericana, en presencia de Henry Lane Wilson.

Antes de que esto aconteciera, Gustavo A. Madero fue hecho prisionero en el Restaurante Gambrinus, donde se le ofrecía una comida de despedida con motivo de su viaje a Japón. Conducido a la Ciudadela, fue entregado a la tropa que, en medio del más cruel salvajismo, lo sometió a las peores torturas y finalmente lo asesinó.

Al día siguiente, Madero y Pino Suárez se vieron precisados a presentar sus renuncias, las cuales fueron aceptadas, sólo con la oposición de unos cuantos diputados, por el Congreso, reunido en sesión extraordinaria. Huerta se había comprometido a entregar a Madero y a Pino Suárez, que permanecían en palacio.

El Congreso nombró presidente a Pedro Lascurain, nada ajeno a la situación, quien duró cuarenta y cinco minutos en el cargo, para renunciar después de haber nombrado secretario de Gobernación a Huerta, que asumió el poder el 19 de febrero de 1913. Madero duró prisionero en palacio hasta el día 22, fecha en que se ordenó su traslado a la Penitenciaria del Distrito Federal, pero fue asesinado, junto con Pino Suárez, antes de ingresar en ella.


Historia de México. 1974, Vol. 9. Alvaro Matute, "Madero: del triunfo a la "decena trágica". México, Salvat Editores,